Si hay algo importante a la hora de crear y aplicar estrategias de marketing para nuestro negocio es, sin duda, analizar lo que funciona y lo que no. Y, por supuesto, los clientes no pueden quedar en el olvido. Una de las mediciones posibles en este aspecto es el Customer Lifetime Value, un indicador que nos ayuda a conocer el valor o ganancia que representa un cliente durante un determinado periodo de tiempo.
Tipos de Customer Lifetime Value
Gracias a esta métrica podemos ver si los clientes de nuestro negocio son rentables y definir estrategias para fidelizarlos tanto a corto como a largo plazo. Además, nos da pistas sobre la experiencia de los usuarios y nos ayuda a conocer si nuestros planes de captación y fidelización están dando sus frutos.
Existen diferentes tipos de Customer Lifetime Value que debemos tener en cuenta a la hora de estudiar sus comportamientos y sacar conclusiones objetivas:
- CLV simple, que tiene en cuenta el gasto medio del cliente, la recurrencia de compra y el tiempo medio de vida del cliente. Su fórmula sería:
Gasto medio x recurrencia de compra x tiempo de vida del cliente
- CLV real, que tiene en cuenta, además, el margen de beneficios que obtiene la empresa por cada venta que realiza un cliente. Se calcula de la siguiente forma:
CLV simple x margen de beneficios
- CLV tradicional, que tiene en cuenta, además, la tasa de retención de los clientes y la tasa de descuento. Para calcularla debemos seguir la siguiente fórmula:
CLV real / 100 x (tasa de retención / 1+ tasa de descuento – tasa de retención)
En próximos posts os contamos las diferentes fases del ciclo de vida de un cliente. Recuerda seguir nuestro perfil oficial de LinkedIn para no perderte ninguna de nuestras novedades. ¡Te esperamos!