En posts anteriores hablamos de los pagos digitales y de las innovaciones que poco a poco van desplazando el uso del efectivo. Pero dentro de las innovaciones que han aparecido en los últimos años, no encontramos solamente medios de pago, si no también herramientas que nos ayudan a gestionar nuestras compras y sacar partido de ellas. Un ejemplo sería lo que conocemos como cashback.
¿Cómo funciona?
Este término significa devolución de dinero o dinero de vuelta. Se trata de una forma de pago gracias a la cual un cliente recibe de vuelta parte del importe que gasta en una compra. Un sistema al que recurren cada vez más comercios y entidades bancarias para aumentar su cartera de clientes y fidelizar a los usuarios recurrentes.
Existen diferentes tipos de cashback según la forma en la que se devuelve el porcentaje del valor de la compra realizada.
- En dinero: Es, sin duda, la forma más común. Cada cierto tiempo, el usuario recibe en su cuenta el abono de los porcentajes correspondientes por las compras realizadas.
- En cheques regalo: De este modo, el cliente, recibe el porcentaje de las compras en tarjetas regalo a canjear en determinados comercios online o físicos.
- Programas de puntos. Los usuarios suman puntos gracias a sus compras y, posteriormente, pueden canjearlos por descuentos o artículos.
El cashback nos puede ayudar a aumentar nuestras ventas y, sobre todo, a fidelizar a nuestros clientes, que se verán motivados a repetir sus compras para obtener recompensas. Además, puede suponer un elemento diferenciador que les ayude a decantarse por nuestro negocio en lugar de la competencia para realizar la compra de un producto o servicio.
Si todavía no utilizas este método en tu día a día, ¡dale una oportunidad y aprovecha sus ventajas! Recuerda que puedes seguir nuestro perfil oficial de LinkedIn para no perderte ninguna de nuestras novedades.